Poco a poco el ciclo del fuego empezó a cumplirse con la cremà de las fallas infantiles.

A las 24 horas la ciudad se iluminó con decenas de castillos de fuegos artificiales preludio de la cremà de los 380 monumentos. Es una de las imágenes impagables que se pueden contemplar en las azoteas. Casi al unísono (la puntualidad de las 12 de la noche no se cumple, por supuesto) y en lo cuatro puntos cardinales aparecían fascinantes palmeras.
Castillos en toda regla y pequeñas cajas de uso para particulares, uno y otro en función de los presupuestos, dieron paso al fuego que consumió las obras de madera, corcho blanco, cartón y otros elementos combustibles.

En el mismo sentido pasada media hora de la medianoche el turno le tocó a la falla ganadora de 2009, la de Nou Campanar y obra de Julio Monterrubio, donde sus modelos fueron cayendo una a una sobre el terreno donde la han visto miles de personas. Dos años para construirse y poco más de un cuarto de hora para que quedaran sólo en pie algunas vigas de hierro, necesarias para que el estilizado grupo de remates se tuviera en pie.

El punto final oficial lo puso la falla oficial del ayuntamiento salida de las manos de Pedro Santaeulalia a pesar de que algunos querían vislumbrar la huída de los animales del fuego como cuando sucede en unos hechos reales donde ellos son los primeros en adivinar el peligro. La fallera mayor de Valencia, Marta Agustín, que se despedía llevando el mismo vestido que el día de su exaltación apretó el botón que, tras los excelentes fuegos de Ricardo Caballer, desintegró la falla del Bioparc. En un visto y no visto.

Mientras, a la 1.45 ni la falla de la Plaza del Pilar ni la de Sueca-Literato Azorín habían sido quemadas debido a la acumulación de gente en sus alrededores para ver la cremà.

Unos 300 bomberos controlaron el fuego de 98 fallas (tres más que el año pasado) por su voluminosidad destacando la de La Merced, Convento y el Pilar, entre otras. Otos monumentos donde acudieron los bomberos fueron los que se encuentran en calles estrechas de los poblados marítimos, del centro histórico, Benimaclet u otros barrios de la ciudad.

Y quienes tomaron el relevo a los bomberos fueron los operarios de los servicios de limpieza que empezaron retirar las toneladas de residuos procedentes de las fallas y de los contenedores de basura. Los equipos tardarán varios días en dejar la ciudad en condiciones porque a lo largo de estas jornadas no han podido realizarse todos los servicios.